El baño termal, además de ser un método tradicional de relajación, es también conocido por sus efectos positivos en la piel: la alta temperatura del agua, unida a sus propiedades, ayudan a nutrirla y a darle un aspecto tonificado.
Las burbujas ayudan a generar corrientes de agua y a disminuir la sensación de calor que provoca, potenciando aún más su efecto relajante al tiempo que el cuerpo se ve estimulado por las corrientes, a modo de masaje.
El hidromasaje es una técnica muy completa, pues ayuda a aliviar la tensión muscular, a activar la circulación sanguínea y a aumentar la flexibilidad de las articulaciones. Tiene un efecto positivo sobre la piel, pues combate la celulitis y la tonifica.
Pendiente
La sauna seca (temperaturas entre 80 y 90ºC, con una humedad mínima) potencia la sudoración y, con ello, la eliminación de toxinas. El calor alivia los dolores articulares, aumenta el ritmo cardiaco y descongestiona las vías respiratorias.
La sauna húmeda ( también conocida como baño turco) consta de una temperatura de entre 25 y 55ºC y una humedad del 100%. Los beneficios son similares a la sauna seca, pero el efecto relax se ve aumentado por ser la temperatura más baja.
Alternar baños de agua fría y caliente está especialmente indicado para la cura y rehabilitación de lesiones musculares, además de tener un efecto positivo en la circulación al estimular la vasodilatación y la vasoconstricción
Consta de múltiples chorros de agua que ejercen masajes sobre las zonas expuestas, permitiendo aliviar contracturas y otros dolores musculares, proporcionando un efecto relajante en la piel.